Colapso, resiliencia y ROOPHLOCH
2025-09-11
El pasado 10 de septiembre, a las 09:14 de la mañana, la mayor termoeléctrica de la isla de Cuba tuvo una salida imprevista del Sistema Electroenergético Nacional (SEN), provocando un apagón que afectó a todo el territorio insular. Con este ya suman 5 los apagones nacionales que sufre Cuba desde 2024. Pocos días antes, el director general de la Unión Eléctrica (empresa estatal que ofrece el servicio eléctrico a todo el país) había declarado que el sistema estaba estable¹, luego de que se notificara la desconexión imprevista de la región oriental. Había adelantado que en los meses de verano se registró un récord de apagones de entre 12 y 15 horas al día, producto del alto consumo y la precariedad de la red de unidades generadoras de electricidad. No obstante, hace ya varios años, en no pocos territorios, dicho récord es una constante que afecta la vida cotidiana, la salud general y la propia producción de la isla, definiendo un colapso sin precedentes en la historia de Cuba.
Resiliencia
No me gusta el término, pero partiré de él para abordar el colapso. En Cuba vivimos en estado de resiliencia permanente desde la crisis de los años 90 que, a saber, nunca fue superada, si bien estos últimos años se ha agudizado significativamente. Esto presupone que situaciones como la actual no solo están carentes de una respuesta de pánico, sino que están ya normalizadas. Un apagón general, que tampoco es una situación corriente, puede sobrellevarse en la medida que los apagones son una realidad cotidiana y se cuenta —casi siempre— con los suficientes recursos para permanecer sin electricidad bastantes días.Esto, sin embargo, representa un desgaste social y económico importante. Aunque en Cuba estemos "preparados" para superar tales situaciones, el gasto es significativo: reducción y/o deterioro de alimentos, dificultad para cocinar si no se tiene gas o carbón, precarización del sueño, imposibilidad de trabajar por déficit de transporte para trasladarse o por déficit de conexión y energía para trabajos remotos, afectación de todos los servicios e industrias, entre muchas otras consecuencias.
Aunque la capacidad de la población cubana se ha ajustado a las inclemencias de un SEN inestable y obsoleto, dicha condición deteriora paulatinamente el factor de resiliencia, empobrece a las comunidades y disuelve las posibilidades de dar una solución parcial o total al problema del déficit energético. Esto da al traste también con la formación de experiencias y movimientos alternos que redibujen la salida de la crisis, toda vez que la privatización se impone como "solución" al lado de un control estatal (corrupto) sobre los escasos medios de supervivencia, sin ninguna estrategia clara y con demasiadas consignas de resistencia. El resultado ha sido una crisis sin fondo y el mayor exilio de la historia del país. Un colapso.
En este punto, ¿se puede hablar de resiliencia todavía?
Remote Outdoor Off-Grid Phlogging Challenge
Este texto ha sido escrito para el Remote Outdoor Off-Grid Phlogging Challenge (ROOPHLOCH)², una iniciativa de ~solderpunk que consiste en publicar durante septiembre un artículo en el protocolo Gemini³ (o Gopher) en cualquier sitio fuera de alguna construcción humana. En este caso, el presente fue redactado entre calles y portales de los barrios periféricos de La Habana, en un simple editor de texto para Android.Se publicó en pleno apagón desde una Chromebook obsoleta con 15% de batería en subnet.city⁴, sentado en un lindo patio de una casa chiquita en Guanabacoa.
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1- Conferencia reciente ofrecida por el director general de la UNE.
2- Lanzamiento del ROOPHLOCH 2025.
3- Una introducción a Gemini.
4- Plataforma donde se hospeda esta cápsula.
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